La Niña y Rari
Le habéis preguntado a vuestro niño interior como se siente?, ha pasado alguna enfermedad?
Vamos a escucharle y ahora entre vosotros y vuestro niño, crear un paréntesis, silencio y que sucede…
Os voy a contar una historia.
Erase una vez una niña tan tímida que toda ella era un secreto, escuchaba a los demás siempre con mucho entusiasmo y curiosidad con unas ganas tremendas de aprender y de descubrir todo lo que observaba a su alrededor, pero sus amiguitos no la entendían y se sentía rara y diferente. Incluso los adultos de su alrededor y sus más cercanos tampoco la entendían.
Ella tan resolutiva empezó a formar su mundo interior, su amiga del ama, su pequeña ELLA llamada Rari y a ella misma le preguntaba sus pequeñas y grandes conflictos que a veces no entendía, pero nadie podía ayudarla pues no sabía que existía otro mundo llamado las emociones.
Nadie se lo había explicado y no sabía cómo afrontar toda esa tormenta de emociones que sentía. Solo sabía que se sentía mal y no sabía qué hacer, entonces su pequeño cuerpo con solo 8 años decidió tomar las riendas y su cuerpo fue quien pidió ayuda.
La niña empezó a vomitar por las mañanas, todas las mañanas vomitaba y su madre que tanto la quería, como cualquier buena madre la llevó al médico. El médico le diagnosticó que tenia vómitos escolares y que sentía nervios por el colegio.
Al final solo Rari sabía lo que le pasaba, pero a Rari nadie la podía ver ni escuchar.
Entonces Rari decidió hablar con la niña:
Rari: yo estoy aquí para quererte y cuidarte pero sobre todo para escucharte. A mí nadie me puede ver ni oír, entonces si tu confías en mi, por favor escucha atentamente lo que te voy a decir.
La niña: si Rari, yo confío en ti.
Rari: te voy a explicar lo que es la felicidad, sabes lo que es niña?
La niña con la cara de entusiasmo y con gran curiosidad aunque al mismo tiempo con mucho miedo le dice: estoy dispuesta a escuchar pero antes vamos a otro lugar donde nadie nos pueda interrumpir.
La casa donde vivían tenía un portal antes de entrar a la casa, entonces en ese portal, la niña se sentó en una esquina y ahí comenzó su escucha muy activa.
La niña: no sé lo que es la felicidad, ni sé como la puedo encontrar, ni en qué lugar.
Rari: es una emoción que siente tu cuerpo y que te hace sonreír y tener un entusiasmo para levantarte por las mañanas, tiene colores y lo puedes ver dentro de ti.
La niña: Ahhhhhhhhhhhh ¡!!!!, ya sé lo que es!!! Tener ganas de despertar por la mañana porque vas a ver algo o a alguien que te hace sonreír debido al cosquilleo que te hace sentir?
Rari: Muy bien niña!!!!!eres muy inteligente, lo has entendido muy bien. Ahora solo tienes que pensar en que cosa o en quién crees que te haría sonreír por las mañanas y sentir el cosquilleo.
La niña: a mí me gustan mucho las mascotas, pero a mi madre no le gustan y entonces yo no las puedo tener, eso me haría sentir cosquilleo porque una vez me pasó, pero se murió mi pollito y luego me sentí muy triste. Yo no quiero tener otra mascota porque si se muere no querré sentirme triste otra vez. Me podrías escuchar Rari?, te voy a contar lo que me pasó con mi pollito.
Fui con mi madre y mis hermanos al rastrillo de nuestro pueblo, vimos a esos pollitos de colores que tanto me gustaban y mi madre nos compro un pollito de color a cada uno. Mis hermanos y yo íbamos felices caminando a casa cada uno con su mascotita. Intentábamos cuidarles, pero un día que hacía mucho frío, mis hermanos y yo acercamos a los pollitos en una caja de cartón a nuestro brasero y de repente vimos llamas de fuego.
Nos asustamos y empezamos a gritar “ lluvia, lluvia, lluvia” y mi madre al oír nuestros gritos salió al patio a coger al ropa tendía y se dio cuenta del sol tan resplandeciente que había y vio el humo dentro del salón, corrió y corrió para salvarnos a nosotros y al final los pollitos murieron y los muebles se quemaron.
Mi madre se enfadó mucho con nosotros, entonces no quiero mascotas ahora. Ya sé lo que quiero, te quiero a ti. Quiero que te hagas realidad y poder jugar y salir a la calle contigo.
La niña toda entusiasmada fue corriendo a contarle a sus hermanos que lo que quería era una hermana, una hermana de verdad para tocarla, mirarla, besarla, abrazarla, cuidarla, escucharla y sobre todo amarla incondicionalmente y para que fuese su verdadera amiga y la llamaría Rari.
Los hermanos miraban a la niña muy extrañados, como si estuviese viviendo un sueño y no se hubiese despertado aún.
El hermano mayor tan apuesto, dulce y cariñoso le dice a la hermana, si eso es lo que tú quieres adelante, corre y se lo dices a mamá y a papá para que tengamos todos otra hermana y el pequeño dice, pues me va a quitar mis juguetes, pero seguro que será muy divertido otra hermana y si mi hermana ha dicho que va a ser un niña seguro que así será porque ella nunca se equivoca. El hermano mayor tenía 10 años y el pequeño tenía 5 años.
La niña empezó a saltar de alegría y no podía parar diciendo ya sé lo que quiero!!!! ahora seré feliz, voy a tener una hermana! De repente le dice Rari: para tener una hermana tus padres deben tener relaciones intimas y quererse mucho para que tu madre se quede embarazada. Eso ya no le gusto tanto a la niña, pues la niña estaba muy unida a la madre y de alguna forma ella pensaba que su padre no era bueno con su madre porque la veía llorar y entonces no quería que estuviesen juntos por si luego su madre lloraba otra vez y ella se ponía muy triste de ver a su madre llorar.
El caso es que la madre le contagió el virus de la tristeza sin darse cuenta y la niña estaba luchando para quitárselo de encima, pero la madre nunca se dio cuenta, pensaba que esos virus no se contagiaban a los niños. La niña tan ingeniosa y resolutiva buscaba y buscaba la medicina para matar a ese virus activo y presente cada día.
La niña salió a jugar con sus amiguitas a un parque cerca de su casa y también iban sus hermanaos, a la vuelta a casa se encontraron un gatito pequeño abandonado y todos sintieron cogerlo y cuidarlo, darle de comer etc… Se miraron todos y dijeron pero mamá va querer este gato? Y todos se miramos y dijeron , si no lo intentamos no sabremos?
Cuando los tres niños llegaron a la casa, la madre se quedo perpleja de ver al gatito. Los niños le explicaron a la madre que estaba abandonado y que necesitaba cariño y mimos y que sentían lastima de dejarlo en la calle porque le podría pasar algo pues era muy pequeño. La madre sintió empatía por sus tres hijos y les dijo, vale lo vamos a cuidar. Los tres niños estaban tan contentos que la niña pensó, pues ahora ya no necesito una hermana, pues mi gatito me hace cosquillitas por las mañanas y me hace sentir feliz!! Billy se convirtió en un ser muy querido por a niña.
Le querían todos mucho, el padre, la madre los niños y la niña adoraban todos a Billy. De repente la niña dejo de vomitar por la mañanas y a despertar con alegría con ganas de desayunar e ir al cole. La niña se dio cuenta y se lo contó a Rari, le dijo que bien!! Ya no vomito y estoy feliz con Billy.
Un día el padre llego a la casa y les invitó a unos helados a los tres niños y la niña tuvo una intuición, pensó algo va a suceder. Efectivamente el padre comunicó que se iban a mudar de ciudad donde el padre iba a abrir otro negocio.
El padre tenía varios negocios y le iban muy bien, ganaba mucho dinero y el padre solo pensaba en sus negocios, contactos, colegas etc…su familia estaba un segundo plano.
La niña tímida sintió otra vez una tormenta de ideas, su cole, sus amigas, su gato, su casa, todo iba a cambiar y ella aun estaba convaleciente del virus de la tristeza. El virus todavía seguía vivo, pero muy adormilado gracias a Billy.
Llegó la hora del cambio a la nueva ciudad. Era una ciudad muy bella, elegante y tranquila. Fue un cambio para todos, pero iban todos unidos incluido Billy. Los hermanos sentían la tristeza de la niña y le preguntaban, como te sientes hermana? El pequeño de los hermanos era muy amoroso, como un peluche que se dejaba abrazar y el otro mayor era dulce pero se hacia el fuerte porque era el mayor pero era el que más sensibilidad tenia de los tres hermanos.
El hermano pequeño tenía el pelo muy rizado y muy clarito, con caracolitos y el mayor lo tenía muy liso, sin embargo la niña era una mezcla ni tan rizado ni tan liso.
La niña empezó a hablar otra vez con su amiga pues empezó a sentir tristeza por sus conflictos en el nuevo cole y por su madre con su padre. Ella les oía discutir porque el padre estaba entregado a sus negocios y llegaba tarde a casa, no avisaba y la madre se sentía sola. La niña sentía la soledad de la madre mas la suya propia.
La hermana de la madre fue unos días a la casa para ayudar a la familia con la mudanza. Era una gran mudanza y tres niños pequeños y el padre sólo pensaba en sus negocios sin pensar que la madre tenía toda la carga física y emocional.
El padre realmente creía que con traer dinero a casa era suficiente, sin ser consciente de que su presencia era también necesaria, pero él creía que hacia lo correcto, era un padre de familia pero más un hombre de negocios con sus empresas y sus colegas y una vez más la familia en un segundo plano.
La niña notó que la madre mejoró con la presencia de la tía, la hermana mayor de la madre. La niña empezó a crear más personajes en su mundo interior y la tía Alejandra la escuchaba cada día, aunque la niña nunca compartió a su amiga Rari con su tía. La niña observaba todo lo que sucedía a su alrededor en el mundo adulto y por otro lado en el mundo infantil.
En su cerebro creó dos mundos el de los MAYORES y el de los PEQUEÑOS
La pequeña niña estaba muy agotada, pues ella hacia su mudanza cada día pasando de un mundo a otro, donde no podía pasar desapercibida en ninguno de los dos mundo, era tal agotamiento que tenía que al ir a la cama casi ni podía dormir.
A mitad de la noche, la niña despertó y no podía dormir. Decidió hablar con su amiga Rari sobre cómo se sentía y Rari fiel amiga e inseparable la escuchaba. Acabada su larga conversación, la niña tomó su irrevocable decisión y dice:
La niña: Rari tengo algo que decirte muy importante.
Rari: Ok, aquí estoy para escucharte aún más después de nuestra larga conversación.
La niña: te quiero a ti y quiero hacerte realidad.
Rari: Y cómo lo vas a hacer? Tienes una barita mágica? De que color será mi pelo?, será liso o rizado?
La niña: Te diré mi plan, pero no olvides que este secreto no lo puedes compartir con nadie, ni con mis hermanos.
Mañana después de mi clase de piano voy a ir a la iglesia que hay cerca de mi casa y voy a pedirle a la virgen que te haga realidad.
Mi madre se va a quedar embarazada de ti y así podremos incluso hasta jugar!!! Y no te preocupes por tu pelo, será muy rizado como el de mi muñeca de ricitos que me la regaló mi tía Mónica la que vive en Roma. Algún día te la presentare, Mónica la valiente!!! es muy divertida mi tía!!! y muy moderna, seguro que cuando yo sea mayor seré como ella y también viviré en otro país.
Ahora solo quiero concentrarme en tenerte de verdad...