Me encanta que me cuentes tus cosas, tus preocupaciones, tus sentimientos, lo que vives en cada momento. Me hace sentirme parte de ti, de tu mundo de tu persona y eso me gusta muchísimo, me reconforta y me hace más fuerte por mucho que a veces me dejen una huella de frustración e impotencia o dolor.
Me agitas por dentro, me hace estar con los sentidos vivos, me haces mirarme dentro de mí y preguntarme dónde estoy?
Ello arranca el motor de mi persona, engrasa mi yo y me
da vida porque me miro hacia dentro, sacudo y sacudes las ramas de mi árbol, me
observo, me analizo (que no enjuicio), me siento bien cuando lo hago, aunque en
bastantes ocasiones como te digo también rezume un poso doloroso.
Me tiraría horas y horas escuchándote ya no me ocurre con
nadie más que contigo e ignoro el motivo.
Ayer me di cuenta definitivamente de que hasta que no
llegaste a mi vida, jamás tuve una amiga, lo cual era una enorme
"tara", como tú lo llamas.
Y tenerla ahora es algo que me maravilla, me gusta y me
hace sentir absolutamente genial.
A pesar de que estamos en diferentes planos y que
nuestras situaciones son absolutamente diferentes tanto familiares como de sentimientos,....a pesar de ello
digo...puedo palpar una conexión contigo que me mantiene, como un cordón
umbilical, anclado a la vida al deseo, al gusto del latido por el latido, al
placer por el placer a la alegría por la alegría, al abrazo por el abrazo y la
luz por la luz me mantiene unido a las ganas de ser y estar.
Se lo que hay, se lo que quieres y sé donde estoy en tu
ecuación pero me patina mi alma, mi interior, mis sentimientos que no llego a
identificar y mucho menos gestionar.
Hay veces que lo tengo clarísimo y creo que mi problema
es que sigo nadando en un lago en el que nos deleitamos juntos una vez y del
que saliste a la orilla para poder seguir tu camino y ya estas más que seca y
en marcha y que yo sigo dando brazadas en esas mismas aguas para poder llegar a
tierra y también seguir mi senda. Pero que en el fondo no quiero abandonar
porque ahí viven los recuerdos, los momentos de placer y bienestar. Como el
niño que todo lo quiere, como el hombre que todo lo puede pero aun así le
asusta la oscuridad de la noche.
Cuando llego a esas conclusiones me siento optimista
porque lo físico pasa, la carne deja de doler por más que el recuerdo que me
mientras siga avivado. Entonces se que siempre serás eternamente pero al día
siguiente se va todo al traste y vuelvo a empezar.
Tu lo llamaste enamorarse de un ideal.....yo lo llamo
enamorarse de una vida contigo así que como ves no eres la única que tiene líos
mentales. Pero como te dije tú tienes muchísimo trabajo hecho. Sabes
identificar y actuar, y eso junto a la determinación, es un diamante
El otro día me decías "vive tu momento" y desde
entonces pienso, cual es mi momento?, con quien es mi momento?, que momento
quiero? cual es mi realidad?
No puedo ni quiero quejarme a nivel personal. Hoy por hoy
la vida me cuida, no tengo grandes problemas, hay salud a mí alrededor, veo que
no hay grandes contratiempos en la gente que me rodea, pero NO ESTOY.
Siento que muchas cosas no van conmigo. Me siento
invitado a una función de teatro que me es ajena en la que me falta el baile y
la música, me falta el silencio deseado, me falta la alegría, me falta la
lluvia sobre la cara, la complicidad con la vida, el guiño de la luz.
Y por supuesto me siento fatal por pensarte cuando estoy
con ella por sentir algo bueno y enseguida venirme a la cabeza "esto te
encantaría a ti" "ojala tu lo
estés viendo"."Ojala pueda traerla aquí"...etc.
Si me siento fatal de no estar al 100% por más que lo
intente. Me siento un traidor pero una y otra vez se me va la mente al bosque
fresco y virgen en el que un día sí y otro también te veo paseando y a veces
imagino que en ese paseo me estas esperando y vuelo y sonrío.
Y construyo para ti, ideo para ti, siento que eres el eje de mi existencia y eso no es ni posible ni bueno para nadie y me muero por un por un email porque me cuentes algo, hoy y mañana y pasado...