con una complicidad sin poder hablar mostraban placer y deseo.
Un recorrido exitoso y muy gozoso todo mutuo sin tapujos, sin miedos y con claros deseos.
Reflejos en los espejos, miradas extremadas que seducían la situación en momentos de explosión.
Risas, miradas, emociones, pensamientos y deseos, todo al abrir la puerta con tan solo una mirada.
Se acerca hacia ella, se huelen, se besan, se reconocen, se identifican, sólo tienen que sentir porque no hay nada que decir, el sentir lo dice todo.
Sus cuerpos unidos vibran y explotan en miles de sensaciones bonitas, dos cuerpos que se desean, se entregan y logran un mágico encuentro lleno de sabor a miel por sus dulces abrazos y besos.
Ellos llegan a un máximo nivel en elevados sentimientos con corazones abiertos en el reflejo de un nítido espejo, finalmente dice HOLA.
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