Vivimos en una sociedad convulsa que nos obliga a
tener vidas demasiado agitadas en las que no paramos ni un segundo. Si nos
descuidamos, nos vemos arrastrados por un torbellino de tareas, incluso por
gente que no tiene sentido en tu vida.
Sin embargo, hay un momento en que es necesario
decir “¡basta!”. Basta a las preocupaciones sin sentido y al ritmo de vida
agobiante.
Reencontrar la paz interior es fundamental. Por
eso, de vez en cuando es imprescindible relajarse un poco, tomar una pausa y
darle un nuevo orden a nuestras prioridades.
¿Qué es la paz interior?
La paz interior es una sensación subjetiva de
bienestar, es impalpable pero muy real ya que nos llena de una profunda
tranquilidad. Se trata de un estado en el que nos liberamos de las principales
preocupaciones, miedos, estrés y sufrimiento.
Sin embargo, la paz interior implica mucho más que liberarse de las emociones y sentimientos
negativos, también significa ser conscientes
de las maravillas de la vida y sentirse
plenamente conectados con el universo y con nosotros mismos.
La paz interior es una sensación de calma en la
que dejamos de batallar contra los
pensamientos y las emociones negativas y perturbadoras, aunque eso no
significa que no existan sino que dejan de dominarnos y de causarnos daño.
Es un estado en el que nos apartamos mental y emocionalmente de los problemas y
conflictos cotidianos haciendo un alto en la vertiginosidad de la rutina
diaria.
¿Se puede alcanzar la paz interior?
Muchas personas piensan que es imposible alcanzar
un estado de paz interior. Yo no lo opino lo mismo y desde luego que se puede
alcanzar la paz, pero con mucha constancia. Afirman que la vida cotidiana es
tan incierta y a veces tan caprichosa, que no es posible encontrar la
serenidad. Y es cierto, al menos para estas personas. Cuando tenemos un locus
de control externo y cualquier situación tiene el poder de incidir
negativamente sobre nosotros y hacernos perder la calma, es imposible encontrar
la paz interior.
Estas personas son como hojas movidas por el
viento.
Sin embargo, eso no implica que sea imposible
alcanzar la paz interior. Cuando tenemos un locus de control interno podemos
decidir qué guerras vale la pena luchar. Una vez que tomamos las riendas de
nuestra vida, podemos aspirar a la paz interior.
Por tanto, la
paz interior no es algo que se encuentra a lo largo del camino, es una decisión personal, es algo que
podemos construir asumiendo conscientemente aquellos comportamientos que nos
pueden dar serenidad.
Siete claves para lograr ese
estado de paz interior
1. Dedícale tiempo a la
reflexión. Dedícale
menos horas al facebook, instagran, whatsapp… y más tiempo a explorar tu
interior. Una vez que permites que tu mente absorba la negatividad que
transmiten la mayoría de los medios, es muy difícil limpiarla.
Por eso, programa tu jornada de manera que te quede
tiempo para estar a solas contigo mismo y reflexionar. No se trata de que le
des vueltas a tus problemas sino de que practiques
la meditación, que intentes reencontrar en tu interior la paz y la serenidad
que necesitas. Se trata de que cada día, saldes cuentas contigo mismo.
2. Simplifica tu vida. ¿A veces no quisieras que el día tuviese más de 24 horas? No podemos
alargar el día a nuestro antojo pero podemos simplificar nuestra vida, de
manera que aprovechemos mejor cada hora. Cada cierto tiempo, es conveniente
detenerse y preguntarnos si estamos haciendo realmente lo que nos gusta o si
estamos perdiendo tiempo inútilmente. En este punto debemos pensar en cómo
simplificar nuestra vida de manera que podamos centrarnos en las cosas
realmente importantes, las que nos dan satisfacción.
3. Evita la crítica, practica
la aceptación. Tenemos
una tendencia a comparar, sacar conclusiones y luego, criticar y para colmo
juzgar. Sin embargo, la crítica negativa es el peor enemigo de la paz interior.
Cuando criticamos nos colocamos en la posición del que combate contra alguien,
cuando deberíamos empatizar e intentar comprender. La crítica no solo hace daño
a quien es criticado sino también a quien emite ese juicio de valor. La crítica
suele ser expresión de una rigidez mental y de rechazo. Sin embargo, la paz interior no se logra cerrándose
al mundo sino encontrando la sintonía con este.
4. Acepta los pensamientos y
emociones negativas. Encontrar la paz interior significa, ante todo, equilibrio. Por tanto,
no podrás encontrar la serenidad si continúas batallando contra los
pensamientos y emociones “negativos” o si pretendes ocultarlos en el lugar más
recóndito de tu mente. Para alcanzar la paz interior es necesario que aceptes estos
pensamientos y emociones, de hecho, al vivenciarlos, perderán su influencia
sobre ti y lograrás liberarte de su carga.
5. Aprende a dejar ir. A lo largo de nuestra vida vamos acumulando mucho resentimiento y
rencor, estos sentimientos terminan haciéndonos daño y nos impiden lograr esa
paz interior que tanto ansiamos. Por eso, es
fundamental que aprendamos a
dejar ir esos sentimientos que nos afectan y mantienen atados al pasado.
La técnica de visualización “las hojas del río” te
ayudará a lograrlo.
6. Practica la gratitud. No dejes que pase un solo día sin sentirte agradecido por algo. En
realidad, siempre hay algo por lo cual dar gracias, solo hay que aprender a valorar las cosas y personas a nuestro
alrededor que damos por descontado, como el simple hecho de vivir o de tener a
nuestro lado a personas que nos aman y a las que amamos. Cuando empezamos a sentirnos
agradecidos por lo que tenemos, en vez de quejarnos por lo que no tenemos,
reencontramos un nuevo equilibrio interno.
7. Da sin esperar recibir a
cambio. El
egoísmo se ha asentado en nuestra cultura, las personas dan esperando recibir
algo a cambio, en una especie de acuerdo mafioso tácito. Sin embargo, para
lograr la paz interior debemos despojarnos del egoísmo y reencontrar el placer
de dar por el simple hecho de ayudar.
El propio acto de dar debe ser satisfactorio, esa es la meta, no esperar algo a
cambio.
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