Cuando Jean Austen
puso la mítica figura de Mr. Darcy como el hombre ideal, nadie se preguntó si
en verdad lo era. En el baile Mr. Darcy le dice a Bingley que sería un horrible
castigo bailar con alguna de las chicas presentes, pudo ser un indicador de que
su encanto era un cliché del hombre torpe, cuando él habla de Lizzie Bennet
para referirse a “una chica tolerable pero no lo suficiente hermosa como
para tentarlo”… no había duda y aún así, las mujeres lo aman e idolatran como
si fuera posible que él sea el hombre perfecto.
No sólo es Mr.
Darcy aquel hombre por el que las mujeres se vuelven locas porque, consideran,
han arriesgado todo por ellas, perdiendo, como algún día lo aseguró el
personaje de Jane Austen, su belleza, su galanura o estrato social por ellas…
la referencia invita a considerar a Edward Cullen o Christian Grey como el
típico hombre frío y (sí, lo siento por las mujeres enamoradas de ellos) que conquistan a una chica que cree que los
puede cambiar… como si ese fuera el afrodisiaco esencial que las mujeres buscan.
Bella Swan apenas puede creer lo afortunada que es cuando
el vampiro se enamora de ella. Aunque él la hace a un lado y vive entre la
miseria de hacerle daño o no ser feliz con ella, Bella lo ama como no ha amado
a nadie, lista para sacrificar todo con tal de estar a su lado para hacerlo
cambiar.
“No tenemos que cambiar a nadie, uno es como es y no va a cambiar, o lo aceptas tal y como es o si no, muévete y encuentra a alguien que verdaderamente te haga feliz”
“Cuando alguien elige no estar a tu lado es porque sus sentimientos hacia
ti no son tan profundos como tú crees o no son auténticos”
De pronto, no nos damos cuenta de que hemos caído en el
peor de los patrones. No nos rendimos ante alguien que no está disponible, que
no quiere ser nuestra pareja, a ese que debemos dejar ir porque su corazón está
ocupado o simplemente no quiere estar a nuestro lado.
Nosotras buscamos ser la mujer que logre que nuestra
pareja cambie, que nos trate como siempre quisimos, como los cuentos de
príncipes azules nos hicieron creer… pero lamentablemente, las novelas y
películas románticas no son reales. y no tenemos que cambiar a nadie.
"No malgastes tu tiempo princesa queriendo cambiar a tu principe azul"
Las mujeres han gastado más de 200 años intentando
encontrar a Mr. Darcy. Tal vez debido a
un complejo de inseguridad. Tal vez porque nos gusta que nuestra vida no sea
aburrida y queremos estar, casi a la fuerza, con esa persona que por más que
intentemos no nos querrá tanto como nosotras a ella.
Considera la historia de “Un tranvía llamado deseo” en la que ella, espera, con
fervor, que de una vez por todas un hombre la rescate… ¿acaso en realidad
necesitamos un hombre para sobrevivir?
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