Hace tiempo me contaron esta
historia que quizás ya conocéis pero me apetece compartirla con vosotros.
A un hombre se le concedió en
un momento de su vida la oportunidad extraordinaria de visitar el cielo
y el infierno.
Luego fue al cielo y encontró la misma situación: gente sentada ante unas mesas llenas de buena comida y con los mismos cubiertos, más largos que sus brazos. Pero, en este caso, todos estaban alegres y bien alimentados. No intentaban alimentarse a sí mismos: se alimentaban los unos a los otros.
En esta historia, también: las personas del cielo no solo se dan de comer unas a otras sino que, además, se dan y reciben amor. Esa imagen refleja perfectamente que la relación es reciproca, en la que cada uno respeta a los demás, se preocupa por ellos y recibe, a su vez, el mismo trato.
Hay algo más maravilloso que dar sin esperar? Y recibir?
Dar
y Recibir. Hablamos de cariño, apoyo, ayuda, confianza,
respeto, sinceridad y honestidad. Cualidades que van dando forma al vínculo entre la relaciones.
Dar sin esperar nada a cambio, aprender a recibir es igualmente necesario para la armonía de la relación
DAR, RECIBIR
son verbos que adoro en mi mundo también hay que saber PEDIR cuando uno
lo siente y verdaderamente es muy sano para nuestro organismo psíquico, físico,
emocional y espiritual.
Os animo a que invitéis a estos verbos a vuestro
vocabulario del día a día y que empecéis a familiarizaros con ellos mediante la
práctica.
MOMENTO también es importante añadirlo a vuestro
vocabulario, porque CADA DIA ES TU
MOMENTO
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