jueves, 30 de julio de 2015

LA BASE DE LA NATURALEZA HUMANA


Dar y recibir amor es la base de la naturaleza humana, es lo que tiende un puente por encima del espacio, a veces, un abismo entre dos mundos aislados.

A algunas personas les resulta fácil dar, a otras, recibir. Y al revés: hay personas a las que les cuesta dar, mientras que a otras les cuesta recibir.

Por ejemplo, ¿no has conocido nunca a nadie que se muestra ansioso por ofrecer ayuda, regalos o consejos? Nos abruman con lo que creen que necesitamos, pero su ofrecimiento proviene de su necesidad antes que de la nuestra.

Solo hay que escucharse y mirarse por dentro, por eso yo os animo a todos a bucear dentro de vuestro océano que es inmenso, es otro tipo de Universo que lo llevamos dentro dentro, que hay? Que vemos y de que tenemos miedo encontrar?

No pasa nada si veis y oís una tormenta con mucho ruido, rayos, truenos, viento fuerte, un huracán, estas en el proceso de cambio y se está asentando en cada hueco para tu poder seguir tu camino.

Luego esta quien da con la mano cerrada, como si le doliera hacerlo. En nuestra relación con esa persona, no obtenemos una satisfacción verdadera, ya que sentimos que tiene más para ofrecernos, pero que se lo guarda. Tal vez lo hace por timidez y vulnerabilidad o por miedo a que rechacen su amor al haber sido ya herido en el pasado o por no saber qué forma dar.

No importa cuál sea el motivo, lo que importa es ser consciente de que ocurre y saber cómo llevar la mochila, perderás tu tiempo en averiguar cómo quitártela. ACEPTA que es tu mochila y ahora APRENDER a saber llevarla. Al menos a mi así me funciona, solo trato de compartir mis rayos de luz que son los que me iluminan. Tengo muchos y hay para todos.

Os animo a que dejéis de guardar tanto pues creara mucho ruido y acabara en un huracán. Se llenaran mucho vuestras mochilas y con tanto peso perderéis la postura y el equilibrio. Al no tener una buena postura mientras camináis vuestra visualización será borrosa y no veréis con claridad para tomar el camino que os ilumina.


Finalmente, también es posible que conozcamos a alguien a quien le cueste mucho recibir. Le hacemos un regalo y obtenemos un “GRACIAS” mecánico.

Quizá le cueste recibir amor por orgullo, por vergüenza, por miedo a parecer débil, por una autonomía excesiva o por la desconfianza y la sospecha de que el ofrecimiento no es genuino. Pero, al igual que casi todos nuestros actos, la forma equilibrada y sana de dar y recibir también se puede aprender. No importa cuál sea el motivo, lo que importa es ser consciente de que ocurre.


Dar es un acto de generosidad. Damos amor de muchas y diversas maneras, expresándolo con frecuencia Y de forma material. En nuestra relación con los demás, debemos saber cómo, cuándo y que dar y quizás SINTAMOS que nos hemos equivocado pero no pasa nada. No somos perfectos y si en ese instante lo sentimos asi, se tendria que dar asi. Da igual ya ha pasado y por alguna razón ha pasado, seguro que de ese suceso se aprender algo y de ahi observar y reflexionar.

Posiblemente entendamos que por ese comportamiento hay parar un poco y observar que sucede. Preguntarnos por nuestra forma de actuar. Quien sabe a salido nuestro niño interior caprichoso y toma las riendas de la situación y ahí es donde hay que ser consciente de estar en armonía con nuestro niño y explicarle lo que sucede con cariño para ese estado de impulsividad si realmente lo ha sido se modere y no se apodere.

A menudo tenemos inclinación a dar lo que nosotros mismos querríamos recibir. Pero esta actitud es egocéntrica, pues ignora el verdadero sentido de la generosidad, que consiste en dar lo que los otros necesitan o quieren.
Yo solo sé que todos y cada uno de nosotros estamos aquí para servir y algunos somos conscientes y otros no. Qué placer es el hacer desde el corazón, la libertad y el respeto.

 

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