Yo soy yo, y me acepto en mi forma de ser: soy un regalo
Yo no lleno vacíos, no
ocupo espacios: Yo amo
Sin decirnos nada, solo una mirada, ahí donde se
inscriben todos los “te quiero”, todos los besos dados, todas las promesas
formuladas y las caricias que ambos llevamos tatuadas en la piel. Porque cuando tus ojos y los míos
se encuentran no hacen falta las palabras, el universo entero se acompasa y nuestros
corazones bailan, ahí, entre tu mirada y la mía.
A pesar de ello, podríamos decir que el lenguaje más universal a la hora de
transmitir con autenticidad el amor, son las miradas. Esos espejos limpios
donde las emociones arden, se complacen y cautivan; aunque evidentemente,
siempre seguiremos necesitando las palabras…
Tú eres un regalo para ti mismo, y nadie puede decirte lo contrario. Sólo tú sabes lo
que has vivido, lo que has superado, lo que has experimentado, tu forma de ser
es la ventana que te permite ver el mundo con toda su intensidad, en libertad e
integridad.
Soy como soy, no pretendo ser
una versión de nadie ni una marioneta guiada por hilos ajenos: tengo voz,
corazón y sé lo que merezco en esta vida para ser feliz.
Tu forma de ser es la energía
que te empuja y que debe poner barreras a lo que no quieres en tu vida, a lo
que no te define.
Cuando somos pequeños nos educan en la
necesidad de gustar a todo el mundo: sonríe, da la mano, siéntate bien, no hagas esto, no hagas lo otro… Pasamos
una buena parte de nuestra vida “buscando aprobación”, hasta que un día, de
pronto, nos damos cuenta de que gustar a todos es imposible.
El psicólogo y escritor Wayne Dyer solía decir que el 50% de personas con las que nos cruzamos cada
día estarán, posiblemente,
en contra de nuestras opiniones. Si en alguna ocasión te encuentras
con alguien a quien no le gusta lo que dices o lo que haces, no te preocupes:
hay otro 50% que sí te apoyará.
Entiendo el amor como
intercambio y no como necesidad, como crecimiento de dos personas que se
ofrecen en libertad. Realmente no soy como tú esperas que sea, acéptame
por lo que me define, por mi forma de ser, por mi forma de hacerte feliz:
construyamos un mundo donde ni tú ni yo nos obliguemos a dejar de ser “tú y yo”.
Yo soy Yo.
Tú eres Tú.
Yo no estoy en este mundo para cumplir tus expectativas
Tú no estás en este mundo para cumplir las mías.
Tú eres Tú.
Yo soy Yo.
Tú eres Tú.
Yo no estoy en este mundo para cumplir tus expectativas
Tú no estás en este mundo para cumplir las mías.
Tú eres Tú.
Yo soy Yo.
Si en algún momento o en algún punto nos
encontramos
será maravilloso.
Si no, no puede remediarse.
será maravilloso.
Si no, no puede remediarse.
Falto de amor a Mí mismo
cuando en el intento de complacerte me traiciono.
cuando en el intento de complacerte me traiciono.
Falto de amor a Ti
cuando intento que seas como yo quiero
en vez de aceptarte como realmente eres.
cuando intento que seas como yo quiero
en vez de aceptarte como realmente eres.
Tú eres Tú y Yo soy Yo.
Estas palabras fueron
escritas por Fritz Perls, un gran neuropsiquiatra
psicoanalista que, junto con su esposa, se
esforzó por explicarnos de forma simple cómo creamos nuestro mundo.
Juntos procuraron que entendiésemos que queriendo complacer a los demás nos convertimos
en nuestros propios verdugos y
que valorar como verdadera nuestra propia realidad es el primer paso para
comprendernos y seguir avanzando.
En realidad todo esto está muy
relacionado con la forma en la que nuestros padres y la sociedad nos han venido
educando desde pequeños. Desde nuestro nacimiento nos han adoctrinado para
reprimir nuestros sentimientos y emociones, evitar expresar lo que es real y lo que sentimos de verdad.
Mantener nuestra autoestima bien alta y mostrar cómo somos en verdad supone no
gustar a todo el mundo pero nos va a ofrecer
relaciones verdaderas, puras, abiertas, sinceras e independientes.
Un error de nuestra sociedad es a
veces pensar que lo único que necesitamos para sobrevivir es desarrollar la
fortaleza en nosotros mismos y en nuestros hijos. Ser superiores
intelectualmente, obtener logros. Obtener victorias. Conseguir que los niños sean
resistentes emocionalmente y que guarden sus lágrimas lo antes posible para
madurar.
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