Cada puerta es un desafío más.
Cada reto es un gran aprendizaje.
Y cada amor sentido me hace fuerte.
Permíteme enseñarte qué hay detrás
de estos ojos marrones.
Abro mis puertas para recibir a lo
desconocido, no mentiré, me comunicaré desde la verdad con claridad.
Honestamente puedo decir que nunca
he sentido algo mejor que tu piel.
Caigo en un coma por el contraste de tu
dulzura y tu frialdad
¿Quieres escapar conmigo?
No tenemos porque escondernos
Nadie dijo que esconderse fuera
malo.
Entonces llévame a donde nadie más
haya pisado. Yo estoy lista para escapar contigo.
Nada como un día contigo para estar
seguro que quiero tomar ese tren.
Hay veces que no se tiene mucho que
decir; donde tus labios permanecen sellados, como una lata de leche evaporada.
Cuando la realidad te acecha, tú
simplemente bajas la cabeza, como si eso hiciera a un lado todo lo demás.
No sé bien si vendar mis ojos me
haría bien, aunque la vista no es lo único que me atormenta.
El resoplar de todo lo que está mal
me aturde. Las olas, el viento, el bosque, su olor.
No quiero parecer apocalíptica, pero
no vale la pena luchar por algo que desgraciadamente no va a cambiar, o ¿acaso
sucederá mañana?
Quisiera solamente sentir el roce de
tus labios sobre mi cuerpo, con tu mirada contemplando cada imperfección en mí.
¿Me dejarías entrar en tus sueños? Debajo de las sabanas todo estaría mejor,
despejar mi mente, con el corazón latiendo a su debido tiempo, escuchando la
dulce lluvia, contemplando solo tus ojos.
Con un simple beso puedes borrar
todo. Y te beso y no paro de soñar.
No pares de pensar en mí, toca de
nuevo mis caderas y no temas, no hay daño alguno que no exista ya.
Toma cada una de las penas que llevo
a cuestas. No dejes que el tiempo nos separe.
No dejes de mirarme, que si das la
vuelta ya no regresaras jamás.
Quiero decir que tú me haces sentir,
que me alborotas como cuando me pongo mis botas rojas de lentejuelas que
brillan e iluminan mi camino.
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