AL FINAL DE TODO,
LAS ÚNICAS
PREGUNTAS QUE ME HARÉ SERÁN:
¿AMÉ LO SUFICIENTE?
¿REÍ LO SUFICIENTE?
¿MARQUÉ ALGUNA DIFERENCIA?
Sonríe aunque no tengas ganas.
Cuanto más desafíes tu tendencia a la negatividad, mejor te sientes y haces sentir a los demás.
Los científicos han averiguado que no solo las emociones dejan una huella visible en el cuerpo, sino que al revés también funciona: si no te sientes bien, pero pones cara de estar bien, por ejemplo, cuando sonríes mecánicamente y sin ganas, ¿generas una química del bienestar que te hace sentir mejor! Y eso significa que empezar a querer sentirnos mejor es ya un paso para sentirnos bien realmente
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