lunes, 25 de abril de 2016

AGUA ENCANTADA




Es cierto que absolutamente todo es temporal, que en el momento en el que nacemos comenzamos a morir y que el mundo físico puede cambiar cientos de cosas; sin embargo, sé que lo que tenemos va más allá de lo temporal y lo que estoy sintiendo no lo podré experimentar con nadie más porque es físicamente imposible.



Hay momentos en los que creemos estar con la mejor persona del mundo, pero el tiempo pasa y cambia la percepción que teníamos en un principio. No obstante, existen relaciones que por medio de grandes o insignificantes señales nos muestran que estamos ante el amor de nuestra vida.

Estar juntos y no parar de hablar por horas es significativo de que hay buena energía. La pasión se trata de compartir experiencias en diferentes lugares todo el tiempo y las risas que se dan en otros sitios, siempre hacen que las relaciones sexuales sean mejores.

El sexo también nos incita a ser mejores personas o al menos a intentarlo. Ese momento en el que dos son uno no es de reflexión, sino de pasión pura, pero cuando las aguas se calman, inmediatamente vemos a nuestra pareja como una constelación infinita que nos recuerda la vibrante sensación de 5 segundos para ellos, y algunos más para nosotras.

Porque probablemente la sensación más placentera es terminar en los brazos del otro, abrazados, acurrucados, disfrutando lo que ya pasó. Sentir que ese momento de sensualidad nos desgarra de una forma nada sutil y sí muy pasional, nos hace considerar que podemos estallar cuando llegamos al lo más profundo, el mismo que nos hace llorar o gritar. Desnudarse es ver el alma del otro, sin secretos ni nada que poder esconder.

Quién se atreve realmente a desnudarse del todo? Sin sombras, sin miedos a las olas que alborotan que llegan y se van. Quién se atreve a nadar desnudo? Sentir el agua del placer derramado por todo tu cuerpo y llenarte de él, poder tocarlo y creer que es tuyo, solo tuyo.

Noches de calor que humedecen
nuestros cuerpos sedientos
despiertan en la oscuridad
jugando a lo que somos:
amor, sudor, músculo, deseo,
entrega sin despertar
y olvido esparcido
ya mucho antes
de haberla tenido.

Tiemblas, y mis cabellos locos se desparraman.

Entre tus piernas hay un pozo de agua dormida,

Él explora, descubre y despierta el agua encantada.




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