La autoestima es la valoración
que tú haces de ti mismo y, por tanto, no debería depender de nadie. En este
sentido, es un error caer en la trampa de echar balones fuera y culpar a otras
personas o agentes externos de dicha valoración pues, con ello, lo único que
conseguirás es perder tu poder e influencia sobre ella. En general, podemos
decir que la autoestima está influenciada por tres factores, que son:
1. Lo que sabes
de ti mismo. Un aspecto completamente observable en el que juega un
papel fundamental la interpretación. Por ejemplo, si consideras que tienes
pocas habilidades sociales, puedes partir de la premisa de que eres una persona
vergonzosa y asumirlo o trabajar por interactuar más con los demás. En definitiva,
una mera cuestión de superación.
2. Valoración
de lo que sabes de ti mismo. Esta valoración ha de ser realista y sin
juicio. En líneas generales, puedes definir este punto valorando cada aspecto
de ti a través de una especie de formulario en el que las soluciones sean, por
ejemplo, me disgusta, quiero cambiarlo, estoy contento y me hace feliz.
3. ¿Dónde
quieres llegar? Lo que funciona no hay que cambiarlo. Si eres tímido,
pero estás contento con ello, déjalo estar. Si no, trabaja para modificarlo y
permítete estar mejor contigo mismo.
La observación y la aceptación, al igual
que ocurre con dejar de lado las
opiniones de los demás, son las principales claves para mejorar la
autoestima y tener una mejor salud
emocional.
No tengas ninguna duda de que tu propia autoestima depende,
única y exclusivamente, de ti mismo. De hecho, apoyar este concepto
clave de la salud emocional en factores externos es un grave error que puede
traer consecuencias muy negativas para ti. Y es que, ¿alguna vez te has sentido
como una marioneta sin rumbo fijo en la vida al no conseguir la aprobación de
tu entorno en algún tema determinado? Seguramente sí, aunque no debería ser
así.
Y es que, cuando dejas de luchar contra aquello que te disgusta y te aceptas como eres, puedes utilizar esa energía en cosas positivas para ti.
De hecho, puede que, simplemente, con quererte tal y como
eres, tu estado mental cambie positivamente. Además, cuando llegues a ese
punto, te darás cuenta de que si algún agente externo ha hecho cambiar la
valoración que haces de ti mismo, es exclusivamente porque tú lo has permitido.
Hagamos todos un esfuerzo por mejorar.
Un abrazo a todos aquellos que se esfuerzan en seguir creciendo de una
forma saludable y siempre desde el corazón.
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