Se
dice que antiguamente, algunos de nuestros antepasados, buscaban un árbol en un
paisaje solitario, para abrazarse, inconscientemente para descargar todos los
problemas y angustias que soportaban; también para descargar ciertas dolencias o
enfermedades y poder renovarse de energía nueva.
En esos momentos la persona no pensaba que
el árbol fuera un ser inerte, sino que podía sentir la vida y la fuerza del
árbol, y la energía benéfica
que irradiaba de él.
Cada vez más naturópatas y médicos alternativos
recomiendan la terapia de abrazar un árbol.
Mediante las raíces del
árbol nos conectamos con la tierra, y mediante las ramas del árbol nos conectamos con el
Cielo.
Somos seres
eléctricos, como pilas alcalinas; al abrazar el árbol, en términos eléctricos, hacemos “masa” con tierra, a través
de las raíces del árbol, descargando toda la mala energía que nos envuelve; y el árbol a su vez
nos recarga de energía limpia y renovada.
Al estar entre
árboles y plantas siempre notamos que cargamos energía; nunca notamos pérdida de energía.
NATURALEZA, PLANTAS, RIOS, MONTANAS…Re-equilibran…es la mejor
terapia y si puedes compartirlo en buena
compañía mejor aún y muy placentero abrazar el mismo árbol haciendo una promesa de AMOR.
Os
animo a que os escapéis al campo que os animéis a abrazar árboles, los abrazos también
son terapéuticos y a los árboles aún mas…
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