¿Qué derechos tienes?
Como este conocido refrán, podríamos decir, “dime qué nacionalidad tienes y te diré qué derechos ostentas”. No todos los seres humanos poseen los mismos derechos, a pesar de lo que diga la Declaración de los Derechos Humanos de 1948.
Me parece muy injusto porque todos somos iguales, todos deberíamos tener
los mismos derechos sin importar la nacionalidad. Al final todos buscamos AMOR
Hay personas con determinada nacionalidad que no tienen derecho a la vida o
a la educación, o… Incluso dentro de un mismo país,
ciertos ciudadanos se verán excluidos, carecerán de derechos que sus
conciudadanos sí que poseen.
Desde el derecho
internacional y la filosofía moral, es una injusticia evidente.
Los derechos humanos deberían ser
respetados y ser los mismos para todas las personas, independientemente de
su nacionalidad. Pero en la práctica descubrimos que no es así.
Precisamente esto es lo que descubrió Hannah
Arendt (filosofa,
origen judío) hace ya más de setenta
años, al ver cómo eran tratados los judíos bajo el régimen nazi en Alemania.
Debe ser una
lección que no deberíamos olvidar. Si es el sistema político de un país, representado por sus instituciones
públicas, el que nos permite vivir bajo el auspicio de una serie de derechos,
tendremos que luchar todos por perfeccionar y defender ese sistema bajo el que
nos encontramos seguros. Siempre mejorándolo, o tratando de hacerlo, sabiendo
de sus carencias, sus contradicciones internas y sus inconvenientes
Cuando vemos a un ser humano vemos la totalidad, vemos un cuerpo y
percibimos un alma. Todos somos merecedores de AMOR
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